Jose Luis Soto

Soy Profesor de Ciencias Naturales y Biologìa de la Universidad Catòlica de Temuco,Chile.

Friday, October 13, 2006

ENTREVISTA A MERCEL CLAUDE

EN ESTA ENTREVISTA, MARCEL CLAUDE RESPONDE PREGUNTAS EN RELACION AL PERFIL ECONOMICO DE CHILE, LA CONCERTACION, ENTRE OTRAS COSAS...

¿Existe alguna página web o blog a través del cual usted tiende a desarrollar en forma regular y permanente sus planteamientos, los que abarcan diversas áreas de la contingencia?Yo soy más bien tradicional y todavía no entro en la era BLOG. Expongo mi pensamiento en libros y a través de mis columnas de opinión en diferentes medios de comunicación. Dentro de los más recientes está “Incorrectamente político” con las mejores columnas de opinión que he escrito en los últimos 10 años. El otro se llama “El retorno de Fausto” que es una evaluación crítica de la administración Lagos y una comparación de su gobierno con su discurso ideológico de los años 60’. Ambos están terminados y en la imprenta, aún no han sido presentados públicamente. Un tercer libro es sobre el modelo económico chileno que aún está siendo trabajado pero le falta poco para terminarse.
¿Por qué no publica un libro con todo el prontuario económico, social y ambiental de la Concertación? Creo que sería muy ilustrativo y muy necesario - además de constituir un verdadero terremoto político grado 10 - que la ciudadanía toda tenga la oportunidad de acceder a información de este tipo, para saber quien es quien.En eso estoy, terminándolo. Me queda como un mes para finiquitarlo. Cada 10 años yo publico libros. Le debe quedar como un mes y medio y con ellos se cierra un ciclo de 10 años. Si uno quiere escribir un libro que resuma una acumulación de ideas debe haber un trabajo de reflexión, acumulación de ideas, análisis, confrontación de realidades, investigación. Cuando hay un conjunto grande de estas cosas de forma integrada uno ya puede escribir un documento que sirva para algo.
¿Por qué siendo un connotado economista, no actúas en vez de hablar, o sea, siempre criticas el modelo, pero nunca has dado un paso mas allá y has llevado a cabo soluciones sobre la base de tus estudios?Yo no se que entiendes por actuar. Para cambiar un modelo político, económico y social hay que saber que debemos hacer una reforma tributaria, aumentar el gasto público, hay que aplicar royalty a los recursos naturales… y yo no tengo posibilidad de hacer eso, puesto que ello implica implementar un nuevo proyecto político que requiere el apoyo de muchas voluntadas, particularmente la ciudadanía. Lo que yo intento hacer primero es crear un estado de conciencia para convencer a la gente sobre los cambios que debemos hacer, para luego convocar a una amplia mayoría de personas que quieran hacer las transformaciones necesarias. Las condiciones de hoy en Chile no permiten que mi trabajo tenga esos frutos aún. Primero debemos producir el cambio de ideas, las motivaciones y las voluntades necesarias. Es por ello que escribir columnas de opinión, dar conferencias, escribir libros, estar presente en los medios de comunicación, reunirse con sindicatos, federaciones estudiantiles, y sociedad civil en general es una parte importante de la acción que debemos realizar. Eso para mí también es actuar. Construir una idea también desde mi punto de vista es trabajar para producir un cambio. Por lo demás, la historia así lo demuestra.
¿Hasta que punto una ONG puede ceder a presiones sin que parezca débil?La labor de la ONG es producir cambios de mentalidad, producir conciencia, información y existen porque hay muchas instituciones que dejaron de hacerlo. Por ejemplo, las universidades, los centros de estudio y centros académicos, los que también cayeron en el juego del mercado donde no pueden tener una postura independiente porque dependen del poder económico para su financiamiento. Hoy vivimos en una sociedad cooptada por el mercado. Las universidades perdieron su independencia de pensamiento debido a las necesidades de financiamiento que proviene de la empresa privada. Ya no quedan universidades públicas. Todas han sido privatizadas, tanto en su administración como en su financiamiento. Antes se respetaba su espacio de opinión, donde no había interferencias por parte del poder. Eso es parte del pasado y, en alguna medida menor, las ONGs intentan sostener ese antiguo rol que tenía la universidad. Obviamente, estas organizaciones –como todas- sufren la presión del financiamiento y como todas pueden sucumbir a dichas presiones.
¿Está en tus planes - y los de tu ONG- la organización de un Partido Verde, que cohesione la sensibilidad ambiental o pretendes que la idea prenda transversalmente en la Concertación y algunos personeros de la Alianza? ¿Te animarías a proponer la primera alternativa, habida cuenta de la mala experiencia de los verdes en Europa, donde, llegados al gobierno, no pudieron imprimir su sello a la gestión y se puede decir que fracasaron?En un partido verde no. En partido político sí, me gustaría ser parte de un esfuerzo para crear un partido político nuevo en Chile que recoja la nueva reflexión crítica, que reinterprete las crisis de los grandes paradigmas ideológicos - porque todos ellos, de izquierda y de derecha, están en crisis-, que pueda hacerse cargo de los nuevos problemas, la globalización, la creciente marginalización, la violencia creciente, la destrucción del medio ambiente, el individualismo y la desesperanza, así como el nihilismo de nuestro tiempo. Es necesario asumir en la política de hoy que tanto el capitalismo como el socialismo, la derecha y la izquierda, las socialdemocracias, todos ellos son proyectos fracasados, pues al cabo de un par de siglos, ninguno ha podido realizar la sociedad justa y liberal que se propusieron y ya el tiempo se les acabó.
¿Si el modelo capitalista está provocando daños severos al medio ambiente, cuál sugiere sería el modelo económico apropiado para que esto no suceda?Como visualizas una propuesta económica y productiva para Chile que distribuya el ingreso, de calidad humana, y permita avanzar?... Cuéntanos que opinas del neoliberalismo como modelo implementado para Latinoamérica. A quien(es) beneficia?...Como se integran en el los temas de desarrollo, bienestar social, justicia social, democracia, y libertades sociales?Yo rechazo toda forma de modelo, no me interesan los modelos, me parece una soberana estupidez ordenar la vida de los pueblos en torno a modelos. Ningún ser humano adulto y maduro necesita que le digan lo que tiene que hacer. Creo que cada pueblo debe darse un proyecto político, social y económico sobre la base de su historia, el aporte de sus intelectuales, sus políticos, trabajadores, la experiencia de otros países exitosos, pero me parece tonto asumir modelos por definición o por imposición de una elite que no tiene sino ganancias de semejante imposición, como es el caso del neoliberalismo en Chile y en América Latina. Desde mi punto de vista, este modelo neoliberal –impuesto por la elite- es una degradación del ser humano, es un retroceso hacia la etapa más primaria del hombre, esa etapa oral de succionar, chupar que es típica del primer estado del desarrollo biológico de los mamíferos. Esto de consumir de tragar y tragar cosas que te resuelven tus insatisfacciones psicológicas inconscientes, tus angustias no resultas, es una manera de controlar y dominar la situación social y política por parte de una elite que ha sabido instalar la escasez, la insatisfacción y el deseo inconsciente, a través de los expertos en marketing y psicólogos sociales, lo que les ha facilitado el control de la sociedad y los chilenos no se han dado cuenta de ello. Nos metieron en un sistema de funcionamiento primitivo, básico. Primero, gracias a la creación de las condiciones psicológicas de escasez, angustia y desesperanza. Luego, crearon la solución, endeudarse para consumir, adquirir, comprar. De esta manera se favorece la acumulación de capital, puesto que el capital requiere la aceleración y recirculación indefinida de la mercancía para rentabilizarse y acumularse a tasas crecientes. La persona deja de ser un ser pensante, crítico, participativo para dedicarse exclusivamente a consumir y tragar. El neoliberalismo, con el cual yo no comparto NADA, es una aberración como propuesta para América Latina y, más aún, como solución social y/o económica, pues para mí, es una regresión histórica, una negación del progreso moral que buscara la sociedad moderna.
¿Alguna propuesta concreta para mejorar la distribución del ingreso?Desde mi punto de vista, es imposible mejorar la distribución del ingreso sin profundizar la democracia política. La desigualdad creciente es el resultado de un proceso en donde las fuerzas egocéntricas del mercado se expresan sin contrapeso alguno. Cuando la sociedad política se hace fuerte, a través de la democracia, se crea un contrafuerte ético y moral a la expansión agresiva del individualismo egocéntrico que se despliega ilimitadamente cuando el mercado no tiene limitaciones para su expansión. Por tanto, tiene que haber un Estado fuerte –democráticamente regulado- que sea capaz de limitar la expansión del capitalismo. Cuando no se regula el mercado, el capitalismo deviene salvaje, brutal y ahoga el desarrollo humano, llevando a la sociedad a estados primitivos. La regresiva concentración del ingreso se resuelve con una sociedad realmente democrática.
¿Qué piensas de la relación clase política-sociedad civil? ¿Crees que están en posiciones antagónicas o que deben sustentar una alianza estratégica para profundizar la democracia representativa actual?En el Chile de hoy, no hay ninguna relación entre la sociedad política y la sociedad civil, salvo la relación mediática o del puerta a puerta antes de las elecciones. Hay un desacoplamiento total entre los políticos y sus representados. La base del poder en Chile es una democracia privada no política, donde tú votas con dinero. Esto se expresa muy claramente en que un 80% del ingreso que se genera en el país se administra con criterios privados y apenas el 20% se administra con criterios públicos. En algunos países desarrollados la administración política del excedente económico llega al 40 y 60%, lo que facilita el desarrollo y el cambio cualitativo de la sociedad hacia estados superiores de existencia. En Chile tú tienes al Estado cooptado por la lógica de la democracia privada, donde un peso es un voto y los votos validamente emitidos son aquellos que se expresan y se recogen en el mercado. La representación política en las elecciones es únicamente formal, inútil e inoficiosa. Lo anterior, además, se refuerza con el famoso sistema binominal, según el cual, los que van a llegar finalmente al parlamento son los que están en la nómina que decide el partido y su coalición. Es decir, la elección se hace antes de la votación –gracias al sistema binominal- y la votación popular sólo viene a ratificar dicha designación. Si a esto añadimos que el financiamiento de las campañas es privado y que todos los grupos económicos invierten en el proceso electoral, entonces, es más o menos evidente a quien representan los parlamentarios y los diferentes gobiernos “democráticamente elegidos”. La sociedad civil en Chile esta totalmente marginada, no tiene espacio de acción. Hasta la justicia cae en este mecanismo, ya que los jueces debieran ser elegidos democráticamente por votación popular. Sin embargo, éstos son el resultado de las negociaciones entre el Ejecutivo y el poder Legislativo. La designación de jueces, entonces, es tan viciada como la de los parlamentarios y presidentes de la República. No nos debe entonces extrañar la falta de justicia que recorre al país entero.
¿Cómo se puede participar de Oceana? Donde están ubicados (tienen oficinas regionales?) ¿Quién financia?Oceana es una organización internacional que se crea en Estados Unidos donde existen fundaciones que son organizaciones altruistas favorecidas por el sistema tributario. Cuando alguien acumula una gran cantidad de capital, ésta es afectada por el impuesto a la herencia, por eso la costumbre es crear fundaciones como una forma de usar el dinero y asignarlo hacia actividades que sus dueños creen importantes. Con el surgimiento del movimiento ecologista surge un gran interés en la problemática ecológica que generó mucho interés en esas fundaciones norteamericanas. Hace 5 años aproximadamente, algunos líderes de estas fundaciones se dan cuenta que no hay ninguna organización dedicada exclusivamente a la protección de los mares en el planeta, lo que dio origen a Oceana que trabaja en Estados Unidos, Europa y América Latina. La mayoría de los recursos financieros provienen de la Pew Foundation con aportes de 4 a 5 millones de dólares anuales. Otra fundación importante que concurre al financiamiento de Oceana es Homeland Foundation, que pone cerca de un millón de dólares. El presupuesto anual es de 10 millones de dólares. La oficina de Sudamérica y la Antártica recibe cerca de medio millón de dólares.
Se puede participar a través de la colaboración voluntaria, hacemos acciones ciudadanas, se escriben cartas a las autoridades, se mandan emails, tenemos una militancia activista con jóvenes voluntarios que realizan movilizaciones y actividades de creación de conciencia en regiones y localidades. Cualquiera puede unirse al esfuerzo que estamos haciendo para promover conciencia y provocar los cambios políticos que requiere la sociedad para asumir la protección de los ecosistemas naturales que se necesita para hacer sustentable el futuro.
Oceana es una organización que, por sus fines, no tiene un referente social ¿Por qué no se organiza y se lidera uno, de tal suerte que todo el descontento pueda ser canalizado debidamente?No es el rol de Oceana. Lo que pasa es que crear un referente social no es evidente. Yo he participado en muchos esfuerzos para ello, hemos trabajado con los pescadores artesanales, con los trabajadores salmoneros, con los mineros y lo que vemos es un desencanto tan grande con la acción política que es muy difícil convocar a un esfuerzo colectivo. Tú logras articular algo y luego empieza el problema del liderazgo. La gente no está dispuesta a hacer las cosas y espera que alguien se lo haga. Hay un problema de desesperanza muy grande. Esto requiere de mucho tiempo más para que la gente supere la desesperanza, se forme una opinión crítica, se llene de expectativas y comience a movilizarse. No se llega a eso de la noche a la mañana y toma mucho tiempo y esfuerzo silencioso y muchas veces estéril. Pero hay que hacerlo, es la primera semilla.
Si en Chile no existiera el sistema binominal muchas personas –ente ellas yo- podríamos participar activamente en política. A mi me interesaría ser parlamentario o funcionario de un gobierno dispuesto a realizar los cambios que el país requiere. Me interesa enormemente la función pública, pero en la medida que a través de ella yo pueda actuar y trabajar en función de lo que creo correcto y justo, en función de las ideas que he venido difundiendo desde hace más de 10 años. Mucho me gustaría participar de un esfuerzo para crear un nuevo partido político con miras a llegar al poder y realizar los cambios que creo correctos. El proyecto político al que adhiero es aquel que busca cambiar el modelo de desarrollo chileno, que intenta instaurar otro orden político-económico y en eso estoy trabajando; a eso estoy contribuyendo. Pero no es una tarea fácil e inmediata. Requiere tiempo, espera y paciencia. No excusa realizar el trabajo necesario, pero, como dice Silvio Rodríguez en alguna de sus tantas canciones, “debes amar el tiempo de los silencios, la hora que nunca brilla, y si no, no pretendas tocar lo cierto”. En Chile, aún no se dan las condiciones para ello.
Si con el alarmismo y el catastrofismo (existe esa palabra? espero se entienda la idea) los movimientos que se denominan ecológicos no han logrado permear a las cúpulas de poder, ni siquiera al ciudadano promedio, cuál es la nueva táctica (si es que la hay) para que la sustentabilidad forme parte de la idiosincrasia de nuestra sociedad y de las actividades productivas habituales?El alarmismo no viene de las organizaciones ecologistas sino que de la ciencia. Los primeros en llamar la atención sobre las alarmantes proyecciones de futuro, han sido los científicos. Recuérdese al Club de Roma en la década de los setenta, cuando denunció los límites del crecimiento. En todo caso, yo no creo en la catástrofe ambiental. Si uno mira la historia, nos damos cuenta que las personas pueden vivir hasta en las peores condiciones. Yo pienso que caminamos hacia estados más precarios y decadentes de existencia. En 30 o 40 años las condiciones van a ser peores. Aún así, el catastrofismo juega un rol importante porque la gente ha tomado conciencia frente a las amenazas ambientales, hemos avanzado en ese sentido.
Introducir el tema ambiental y hacerlo parte del quehacer cotidiano en la función pública es una revolución política, es un cambio civilizacional. Tenemos que ir hacia una visión más holística y eso no pasa en una generación. Deben producirse crisis importantes para que se valide esa necesidad. El orden mundial está sostenido sobre la depredación de los recursos naturales, entonces, no es cosa de llegar y decir cambiemos esto. El 95% del PIB mundial se produce gracias a la combustión de energía fósil, entonces, la transformación es una gran y muy difícil tarea que requiere mucho tiempo. En el mundo globalizado de hoy, las bases del poder están sobre la capacidad de convertir el capital natural en capital financiero y acumularlo. No es llegar y cambiar esto. Los procesos son muy largos. Mientras más gente se sume a este esfuerzo, mas pronto llegara esa nueva civilización y esperamos llegar a ese estado con los recursos naturales y la productividad de los ecosistemas biológicos, lo suficientemente capaces de asegurar condiciones de abundancia y no de escasez y penuria. Eso está por verse, pues al ritmo que vamos mucha capacidad biológica será destruida antes de llegar a una civilización más responsable y racional en cuanto al uso de la energía y los recursos.
¿Considera compatible el programa del gobierno de Bachelet con el respeto y cuidado del medio ambiente?No, está claro que no.
¿Existe consecuencia de los partidos de la concertación o más bien dicho desde los partidos de la izquierda frente a la explotación de los recursos naturales?Hay ideas básicas, pero elementales y no muy arraigadas. En mi opinión los partidos políticos están en una profunda crisis moral e ideológica. Todos sirven un proyecto ideológico fracasado, tanto la izquierda como la derecha. Por otra parte, hay un vacío de credibilidad con respecto a ellos. Si a esto añadimos el hecho de que la política de izquierda y derecha está anclada y solventada por los poderes fácticos que operan en Chile, lo que implica que la base del poder son los grupos económico-financieros, nacionales y trasnacionales, entonces ¿de qué manera pueden ellos promover o luchar por un modelo de desarrollo que no implique depredación y destrucción de recursos naturales, cuando esto es precisamente uno de los pilares del proceso de acumulación y concentración de capital? No tienen como hacerlo, están atrapados sin salida en el juego del poder. Ello los lleva a abrazar la causa ambiental de manera superficial y mediática, con miras a la reelección. Nada más.
Lo que está claro es que hay dos estudios sobre la cantidad de superficie de bosque nativo los cuales dieron resultados diametralmente diferentes. Qué es lo que ocurrió? Esto se debió a que se aplicaron diferentes metodologías, o hubo problemas metodológicos? No crees que un tercer referente independiente podría aclarar completamente este punto para que no hayas dudas de lo que ocurrió? Y si tu respuesta es positiva, qué entidad debiera realizar el trabajo?No creo que eso sea posible, puesto que ese debate está atravesado -una vez más- por la cuestión ideológica. Yo pensé que se podía hacer esto, especialmente cuando estuve a cargo del proyecto de cuentas ambientales en el Banco Central. Ese proyecto se hizo dejando fuera a los empresarios y a los ecologistas. El resultado fue que el bosque nativo había experimentado una pérdida significativa en el curso de 10 años, lo que fue rechazado violenta y agresivamente por la industria forestal. La CORMA –organismo representante de la industria forestal- hizo un lobby devastador intentando aislar a los autores del estudio de las autoridades del Banco Central y lo lograron muy eficazmente. Eso a pesar de que el estudio se hizo con metodologías internacionalmente aceptadas y con toda la información disponible en esa época. No hubo caso, se terminó instalando la versión de la industria forestal, el Banco Central aceptó revisar los estudios y, en consecuencia, renuncie a mi cargo. El problema no es de metodologías. La cuestión es que el desarrollo de la industria forestal se ha hecho sobre la base de ocupar el territorio del bosque nativo, por lo que se ha requerido eliminarlo y sustituirlo por plantaciones de pino y eucalipto. Esa realidad ha sido necesario ocultarla y para ello el Estado se ha prestado graciosamente. Hoy la CONAF comparte un diagnóstico común con la CORMA: tenemos bosques para mil años. Eso ha requerido torcer las estadísticas e inventar metodologías ad hoc. La CONAF se ha prestado para ello, así también las universidades y los académicos de éstas.
Realizar un estudio para denunciar desde el Banco Central las políticas negligentes respecto al Bosque nativo, te costó ser marginado de la tecnocracia oficial.Yo nunca fui parte de la tecnocracia y no me ha interesado nunca ser parte de ella. En esa época yo tenía -y aún tengo- una visión muy crítica del modelo económico de la Dictadura y me interesaba cambiarlo. Es por ello que me involucré activamente con la Concertación. Al poco andar fui testigo del escaso interés de esa coalición de cambiar el modelo, de revisar las privatizaciones, de hacer las reformas económicas que exige el desarrollo. Esto lo fui haciendo ver en su momento y me significó confrontar a mucha gente que no estaba dispuesta a realizar esos cambios. Eran personas influyentes, por lo que yo preferí buscar otros caminos para trabajar en lo que yo consideraba y considero necesario hacer. Probablemente no sea yo parte de la tecnocracia gobernante, pero he logrado ser un intelectual respetado, leído y seguido por mucha gente. Nada mal después de haber preferido salir al descampado y no haberse arrimado a la frondosa sombra de la Concertación.
Por lo que he averiguado, desde el año 2005 se obliga a las empresas a declarar sus emisiones al medioambiente. Mi pregunta es: ¿Existen rangos permisibles reglamentados en cuanto a las descargas? Si existen, ¿Qué opinas de ellos? Y de no ser así, ¿Oceana maneja valores al respecto?En Chile se han producido muchas normas sobre emisiones contaminantes. Eso está bien y es un paso adelante. No obstante, prevalece el hecho de que las normas no son lo suficientemente estrictas como para asegurar la salud del medio ambiente y de las personas. Por ejemplo, en el caso de la contaminación atmosférica de Santiago, la norma exigida es 100% y hasta 200% más relajada que las normas internacionales, lo que constituye una aberración desde el punto de vista de la salud pública. Pero si hay algo que nos distancia de una política de emisiones responsable y racional, es la ausencia de fiscalización de dichas normas. No hay voluntad política, es decir, siguiendo a Humberto Maturana, no quieren fiscalizar, no les interesa. Esto explica la falta de recursos humanos y financieros para realizar la fiscalización correspondiente.
¿En qué se diferencia moralmente la ONG Oceana, de la ONG más famosa de todas, Greenpeace. Recordemos que esta ha sufrido el asesinato de sus miembros e incluso el hundimiento de sus barcos por enfrentar las presiones de grupos.Greenpeace es más activista y más mediática también. Nosotros somos más profesionales en términos técnicos, somos menos activistas ya que trabajamos más en la producción de reflexión crítica, de ideas y documentación científica. Ambas tareas, tanto las que realiza Greenpeace como Oceana, son irrenunciables.
¿Están dispuestos a participar abiertamente en el debate energético, evaluando centrales hidroeléctricas en la XI región y la posibilidad de plantas nucleares?¿Cuáles serían las consideraciones mínimas?Oceana, como organización no gubernamental involucrada en la problemática ambiental, obviamente cree en las soluciones alternativas y cree que éstas pueden llegar a ser una alternativa racional para el uso de la energía. Nosotros creemos necesario avanzar hacia la mitigación del impacto negativo que experimentamos con el uso de los combustibles fósiles en la producción energética, crear una oferta más compleja donde haya una matriz mas diversificada, energía hidroeléctrica, eólica, geotérmica, solar, etcétera. Creo que un factor muy importante también es el ahorro energético. No puede ser que el consumo de energía crezca más que el Producto Interno Bruto, como es el caso de Chile. Hay que ser eficiente con el uso de la energía. Si el PIB crece un 4%, el consumo de energía debe hacerlo en un 2% y no en un 7%. Para eso se requiere innovación tecnológica y políticas públicas orientadas hacia el ahorro energético. Creo que esto es un aspecto que no se está discutiendo y no tiene ningún espacio a la hora de definir la política energética, debido a que en Chile priman criterios de rentabilidad privada en todos los ámbitos del espacio público y en la energía también. De allí que el objetivo es rentabilizar el negocio de la energía y esto se logra vendiendo más energía y no ahorrando. Si desde el Estado operará el sentido público, se impulsarían -sin ambigüedades- políticas de uso racional de las fuentes energéticas y eso pasa por un acento particularmente obvio en el ahorro energético que, según los especialistas, es una fuente más de energía.
¿Cuál es tu participación en asesorías de los sindicatos del Cobre, en particular en los sindicatos mineros de Andina?Estoy asesorándolos en materia de economía y sustentabilidad. Ellos solicitaron mi asistencia, se les hizo una propuesta, la aprobaron y estamos en el proceso de la negociación colectiva.
¿Que opinión le merece la propuesta de Ominami de modificar el sistema de indemnizaciones?No soy partidario de eliminar ese derecho, a no ser que éste sea reemplazado por un seguro de desempleo que les permita a los trabajadores -real y no nominalmente- hacer frente a los largos períodos de cesantía que existen hoy en día. En mi opinión, la indemnización por despido, es un mecanismo que actúa como un seguro de desempleo. Dado que hoy no existe un subsidio de cesantía que sea decente, la posibilidad de tener un sueldo por año de servicio en el momento del despido, le permite a la gente enfrentar su desempleo con cierta tranquilidad especialmente cuando lleva tres o cuatro años de trabajo. En Chile no existe una compensación real por desempleo y los periodos de desocupación son largos, lo que constituye un hecho muy traumático, especialmente si existe una familia de por medio. Este es un mecanismo favorable para el trabajador que no debería modificarse a no ser que sea reemplazado por otro mecanismo que haga menos dolorosa y brutal la desocupación. A mi no me complicaría que este beneficio fuese reemplazado por un verdadero seguro de cesantía y que éste fuese pagado por el Estado, mediante un sistema justo de recaudación tributaria en donde los que más ganan, más aportan. Es muy duro para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, hacerse cargo del período de desocupación de sus empleados pagando un mes por años de servicio a los trabajadores que deben despedir. Si el Estado asumiera esa responsabilidad sería mucho más sano y menos penoso para la inmensa mayoría de las empresas que son pequeñas y medianas, sobretodo si la base del sistema tributario consiste en aplicar fuertes impuestos a las trasnacionales, a las grandes empresas que hacen el gran negocio en Chile, así como royalties por la extracción de recursos naturales que se los llevan del país sin pagar por el uso y extracción de estos recursos y sin pagar los impuestos adecuados. Los países que alcanzaron el desarrollo llegaron a cobrar el 50% de impuesto sobre las utilidades. El desarrollo es caro y hay que pagar por el. Hay que estar dispuesto a invertir en desarrollo. De otra manera solo se pierde plata y energía. Nunca se alcanza el anhelado desarrollo y los ciclos de auge y miseria se repiten inexorablemente. Tener un seguro de cesantía decente es una política de desarrollo que permite optimizar el valor del trabajo.
¿Qué es lo que falta para que Chile atine en el tema medioambiental?En Chile hace falta una revolución política que instale una democracia real como mecanismo de administración del poder. Sin una democracia real y eficaz, sin un cambio en la constitución política que tiene una génesis autoritaria -y esto no parece importarle a quienes hoy detentan el poder-, sin la abolición del sistema binominal de elecciones que hace del todo inoficiosa la acción de votar, sin libertad de expresión como es el caso de Chile, donde hay censura, autocensura y control monopólico de los medios. Si nada de esto ocurre, va a ser muy difícil instalar el tema del medioambiente, así como el de la justicia social, el derecho de los trabajadores, y todo tema que sea de primera importancia para las personas que no concentran el poder político y económico que son la mayoría. En Chile no hay un modelo de desarrollo, sino que de acumulación y concentración de capital cuya base de sustentación es, por una parte, la riqueza natural y, por otra, el trabajo subpagado, lo que trae como consecuencia la degradación de la calida de vida y del medioambiente. De no cambiar éste patrón de acumulación y concentración de la riqueza, es absolutamente imposible atinar con el medio ambiente, pues su degradación y destrucción es la base de la acumulación de riqueza. Por lo tanto es matemáticamente imposible satisfacer el objetivo de la calidad de vida y del medio ambiente si estamos engordando los bolsillos de la elite que está en la cúspide de ese proceso de enriquecimiento. Entonces ¿cómo atinamos?, democratizando este país. Una vez que lo hagamos tendremos en la mesa de las decisiones relevantes a todas las sensibilidades y estamentos de la sociedad –no solo a los grandes empresarios y a la tecnocracia gobernante. Estarán también los intelectuales, artistas, trabajadores, pequeños empresarios, dirigentes políticos, agrupaciones civiles, etcétera. Si todos somos parte de la solución, encontraremos la manera de organizar la economía de manera tal que todos se beneficien del progreso y del desarrollo. Es más, habrá por fin en Chile una política eficaz de desarrollo.
La fuerza de los movimientos ciudadanos adquiere cada día más fuerza, principalmente desde el manejo de la información y la participación de las conversaciones. ¿Existe una forma para canalizar esta energía, y nueva forma de entender la estructuración de una sociedad?, ¿Cómo entendemos el poder ante una sociedad que cada día es más participativa, pero a la vez mucho más exigente?Yo no creo que Chile sea una sociedad cada vez más participativa. Lo fue mucho más en el pasado que ahora. No venimos de menos a más sino que al contrario. Tampoco creo que seamos más exigentes. De hecho no lo somos. Nos conformamos con poco. El abuso es la norma con que opera esta sociedad y nadie se queja; todos le buscan la mitad medio llena al vaso. Este conformismo agobiante, resulta tonto, estéril y hasta patéticamente estúpido. Si yo estoy equivocado, entonces, debería haber más democracia y no la hay, debería haber más recambio en las autoridades y no lo hay, pero por sobretodo, debería haber mayor igualdad y justicia, y no las hay; peor aún, la desigualdad crece como las plagas en la Antigüedad. Por ello creo que la única vía es convertirnos en actores políticos, sea en el lugar que estemos debemos empujar la organización, la reflexión crítica, la información real acerca de los problemas que enfrentamos. Los chilenos tienen que participar más, tienen que crear nuevos partidos políticos, organizaciones civiles, medios de comunicación y estar dispuestos a meterse en esto. La gente está esperando la solución por parte de algún partido político, de alguna ONG, de algún líder de opinión, sin darse cuenta o sin querer darse cuenta –lo que es peor- que la solución es colectiva, es una suma de energías y voluntades. Los líderes por si solos no sirven de mucho. Son como los generales sin ejército, es decir, nada, inútiles a la hora de enfrentar una batalla.
¿Existen a tu juicio posibilidades de crear una ONG a lo largo del país contra la corrupción política?Obviamente que sí y, si hay gente que le parece necesario, debería ponerse en campaña y buscar las voluntades para ello. La corrupción en Chile es un problema mayor, puesto que este flagelo, en muchos casos, es legal y su denuncia expone al valiente a la cárcel o a la persecución judicial. Pero los chilenos nos conformamos con la estadística que sostiene que somos el país menos corrupto de América Latina. Todos felices, pero, en el fondo, también sabemos que eso no es cierto ¿Cómo no va a ser corrupto un país, pero enormemente corrupto, cuando el poder económico de una minoría extraordinariamente pequeña, controla la banca, los partidos políticos, las universidades, la prensa, el sistema educacional, el Gobierno, el Parlamento, el Poder Judicial, todo? Chile no es una democracia ni mucho menos; es una comarca gobernada por tres o cuatro señores feudales. Lo que resulta patéticamente ridículo es toda esa horda de opinólogos, todos con postgrado en Estados Unidos, que no cesan de hablar del país moderno que somos.
¿Cuáles son los cambios imprescindibles que hay que realizar al modelo económico chileno para velar por una verdadera protección de los recursos naturales?Como decía anteriormente, es necesaria una transformación mayor que implique instalar una democracia real y eficaz. Esto nos habilitaría para poder implementar las políticas económicas apropiadas, como por ejemplo, royalties al uso y explotación de los recursos naturales, dado que este mecanismo no sólo permite mayor recaudación tributaria sino que induce comportamientos eficientes y racionales en quienes explotan los recursos naturales, puesto que deben pagar por ellos y eso los obliga a usarlos mejor, ahorrandolos y no malgastándolos. Al mismo tiempo permite reducir o sacar del mercado a quienes no los pueden explotar de manera racional, lo que reduce la presión sobre los recursos. Una revolución democrática nos permitiría también subir los estándares ambientales, aumentar la regulación y el control de los agentes, instalar impuestos verdes que castiguen la contaminación. Como puedes ver, nada de eso es posible hacer en el Chile de hoy, debido a la ausencia de mecanismos democráticos eficaces, reales y no exclusivamente formales como es hoy en día.
¿Qué es necesario saber para que tomemos conciencia de cómo intervenimos en nuestro entorno? ¿Bastará con usar tecnologías energéticas alternativas para mejorar nuestra calidad de vida?Ya sabemos demasiado al respecto. No creo que tengamos que saber más. Para todos es claro que la cuestión ambiental es uno de los problemas graves de nuestro tiempo. Lo que hace falta es actuar en la dirección de cambiar los criterios en la toma de decisiones. Es más, debemos cambiar a los tomadores de decisión. No será posible implementar tecnologías energéticas alternativas de no cambiar la enorme influencia de quienes hoy toman las decisiones o influyen fuertemente en ese proceso y que se benefician por toneladas con la degradación ambiental. Como ya lo he dicho, se requiere una reforma política mayor. Cuando eso ocurra, los medios de comunicación informarán sobre el estado de situación real, los científicos estarán liberados de tener que consensuar con quienes financian los proyectos de investigación de las universidades y que, curiosamente, son los responsables del deterioro ambiental y, de esa manera, podrán emitir opiniones científicas sin remilgos. Los políticos representarán el interés público de quienes votan por ellos y no de quienes les financian las campañas. De esa manera, el problema ambiental podrá verse como un problema mayor –lo que efectivamente es- y también podrán barajarse las soluciones inteligentes. Hoy la prensa, intencionadamente, hace hincapié en la denuncia de quienes nos preocupamos por el tema, nunca en las soluciones. Es una manera de marginar y de evitar las soluciones o el respaldo público a esas soluciones.